Iglesia San Vicente Mártir

Erigida en la segunda mitad del siglo XVIII sobre otra anterior con la misma advocación, y bajo la dirección del arquitecto alcantarino Diego Gutiérrez Moran, la Iglesia Parroquial de San Vicente Mártir presenta la tipología característica de las iglesias barrocas erigidas en dicho siglo en la Alta Extremadura. En un estilo de transición al neoclásico iniciado en 1720, el templo constituye una realización de enormes proporciones, con planta de cruz latina y testero cuadrangular; consta de nave única dividida en cuatro tramos separados por estrechas pilastras, de sillares graníticos, geométricas y de orden toscano sobre las que se apoyan arcos fajones de medio punto apenas salientes. Las cubiertas de la nave, al igual que las de los brazos del crucero, presbiterio y sotocoro, son de cañón con lunetos; en el crucero se levanta una cúpula semiesférica sobre pechinas. 

Al exterior destaca la fachada principal y sobre todo su Puerta Mayor, pues es uno de los pocos, si no el único, ejemplo de arte rococó en una portada en Extremadura. Multitud de rocallas se aprecian en sus molduras ornamentales.

El contenido mueble es muy atractivo y de gran valor artístico. 

• Altar mayor: retablo baldaquino de estilo barroco fechado en el siglo XVIII. Llegó a San Vicente de Alcántara en 1868 procedente del Conventual de San Benito de Alcántara tras su desamortización. Ante este retablo oraban los caballeros de la Orden de Alcántara en su ubicación original.
• Cristo de la Sangre: siglo XVI, de autor desconocido: obra de mayor antigüedad que cobija el templo.
• Jesús Nazareno: 1634, Sebastián de Paz. Obra de gran devoción entre la población sanvicenteña.
• El “Amarrao”: fechado entre 1700 y 1719, atribuido al escultor sanvicenteño Migue Sánchez Taramas.
• Nuestra Señora de los Dolores: fechada entre 1700 y 1719, atribuida al escultor sanvicenteño Migue Sánchez Taramas.
• Cristo de la Encina: pintura fechable en el siglo XVIII de temática indiana.